¡Buen provecho!

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Crujientes aros de cebolla

By 17:12

La cebolla es una de las primeras plantas que los seres humanos aprendimos a cultivar. Su sabor y características particulares le confieren un carácter único que nos hace apreciar este humilde vegetal en todas sus formas. Consumida en todo el mundo, hoy te sugerimos una receta fácil y ligera. Una variante de los clásicos aros de cebolla, con un rebozado delicioso  que te apetecerá a todas horas

Receta


Ingredientes


  • Una cebolla tierna de buen tamaño, o dos más pequeñas
  • 1 huevo
  • Pan rayado (muy fino)
  • Aceite de girasol o de oliva


Preparación


Cortamos las cebollas tiernas con una mandolina, o a cuchillo de modo que los aros sean finos y regulares.
A continuación, ponemos abundante aceite en una sartén y lo calentamos a fuego medio.
Batimos el huevo y preparamos los aros antes de sumergirlos en el aceite:
primero los pasamos por el huevo, luego por el pan rayado y a continuación los freímos.


Ten en cuenta que si el aceite está demasiado caliente se te quemarán, así que no te despistes porque están perfectos en cuestión de segundos. El sabor suave de la cebolla fresca, el apetitoso color dorado y la textura crujiente del pan hacen de estos aros una delicia de la que no te cansarás. ¡Pruébalo!

Sabías que…


El poeta Miguel Hernández escribió las “Nanas de la cebolla” cuando, encarcelado durante la Guerra Civil española por pertenecer al bando republicano,  recibió una carta de su mujer, Josefina Manresa, en la que le contaba la grave situación que atravesaban ella y su recién nacido hijo Manuel Miguel. Josefina le contó a su esposo  que solo comían “pan y cebolla” a lo que Miguel Hernández  respondió:

"Estos días me los he pasado cavilando sobre tu situación, cada día más difícil. El olor de la cebolla que comes me llega hasta aquí, y mi niño se sentirá indignado de mamar y sacar zumo de cebolla en vez de leche. Para que lo consueles, te mando esas coplillas que le he hecho, ya que aquí no hay para mí otro quehacer que escribiros a vosotros o desesperarme..."


Nanas de la Cebolla”

  (fragmento)

La cebolla es escarcha
cerrada y pobre.
Escarcha de tus días
y de mis noches.
Hambre y cebolla,
hielo negro y escarcha
grande y redonda.

En la cuna del hambre
mi niño estaba.
Con sangre de cebolla
se amamantaba.
Pero tu sangre,
escarchada de azúcar
cebolla y hambre. […]

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